25 de maig 2007

NATURALEZA MUERTA

Soy un necio. (Talòs, llosc, gamerús, poca-solta, ximple...)
Por lo que debo aprender. Debemos continuar aprehendiendo.
Deberíamos tender siempre a algo que estuviera más allá de nosotros mismos, aunque sólo fuera un poco. Más allá de nuestras preocupaciones y de nuestras neuras. De nuestro ego o nuestras presunciones.
- Has visto, Vladimir, todo es nuestro.
- Haber pedido muerte.
Eso sí. Una cosa está clara y me exime, en parte. Estar rodeado de necios no me ennoblece, me ennudece. Y me hace un poco más necio. Ahora que me acuerdo... Un día lo estuve. Cielos!
Y cuando digo necio, quiero decir un poco más de lo que ya era. De lo que siempre fuiste. De todo lo necio que algún día podrías llegar a ser si te lo propusieras. Un gran necio.
Hay que ver que palabra más... necia. Diríase que es la suma de feo, tonto y sucio, en un sitio horroroso además. Que lástima de palabra. Pudiendo haber utilizado otra. En realidad, sólo quería decir idiota, o tonto. Pero uso necio porque duele, como que jode más, y creo que merezco este castigo. Llegados a este punto... ¡Cuán absurdo y prescindible es todo esto! Madre mía. Y que poco necesario. Mis reflexiones me están conviertiendo en una naturaleza muerta.
A pesar de todo, a mi entender, básicamente, hay dos tipos de cosas: las necesarias y las que te proporcionan algún tipo de placer al instante. Un maki, una peli, un chapuzón, un beso, la sonrisa de tu hijo… En este orden, concretamente.
Pero la que me ocupa no pertenece a ninguna de estas dos categorías. Más bien constituye una obligación. No, un deber… Eso, una penitencia. Y como entres en la rueda estás perdido. Gira, y gira, y gira… pero no avanzamos nada, amigo. Tanto soñar, tanto querer, tanto trabajar... ¿y ahora què? Vendría a ser como una suerte de desgracia infinita.
Bienvenido al Tiovivo de la Sinrazón!... Cabalgo en un caballito albiceleste que sube y baja frenéticamente pero que no me lleva a ninguna parte. Montado en mi estupidez supina doy vueltas y más vueltas alrededor de la nada. No me mareo. Aparezco estático como una naturaleza muerta. Aún así, me quedan fuerzas para respirar. Y aquí sigo.
Feliz Día de San Valentín. Que eres un enamoradizo. Primo.

PD
¿No querías caldo?

A Chema.