16 d’octubre 2008

La Felicidad



A veces soy extraordinariamente feliz. Pero me dura como mucho dos segundos. No creo que llegue. Me invade una profunda y dulce sensación de bienestar. Sin estado alguno. Lo noto porque de repente se me dibuja una extraña sonrisa en la cara. Una vez la vi reflejada en el retrovisor. Debo entrar en otra dimensión o algo porque las cosas de las que disfruto huelen de verdad. Como olía antes todo. Las madres. Las naranjas. Los hules. Respiro infinito porque milagrosamente todos mis problemas cesan e incluso el futuro sabe mejor. Mmm... mañana. Me sé feliz por un instante. Qué pena no poder compartirlo con nadie, joder. Y lo más curioso es que no se acaba, cesa. Mi felicidad se esfuma dando botes como la pelota de goma cósmica y tránsfuga de mis sentidos que es, la muy zorra. Y se va.
Un leve cantidad de líquido emocional se me acumula en el lagrimal izquierdo y se vierte. Yo lo invierto en mi boca reciclando así la huella del tiempo. Oleo de mujer sin sombrero. Un escalofrío mezcla de gusto y de miedo; cómo definirlo. El placer del vacío. Me rindo.
Y en enero cumpliré 43 años. Y todavía un niño. Cada mañana somos recienes nacidos, ¿lo habéis visto?. Un servidor que en su día juguó tantas partidas de ajedrez como píxels tiene el virtual abismo de la muerte. Y otras tantas noches con mi tío Arturo, el que iba al bingo los domingos.
Os he hablado de una felicidad total. Un sentimiento inconsciente y mío, nada argentino. Tengo pruebas. Conduciendo, bañándome, comiendo, follando, haciendo el pino; hasta cagando lo he sentido. Y siempre aquella sonrisa por testigo... ¿ya os lo había dicho, no?

Aquesta fotografia pertany a Josep Mª Rosell. Un home que batega.

4 comentaris:

Anònim ha dit...

Ojalá pudieras tranformar en el presente... todas aquellas sensaciones que tanto disfrutaste en el pasado. Y poderlas vivir de nuevo, diferentes, sinceras, de verdad...con los que te rodean.

Si la felicidad es algo fugaz...yo intentaría mantener apretado el botoncito para que la luz se quede conmigo más de 2 o 3 segundos, ya que eso acaba siendo poco ratito.

La lucecita.

Piolin ha dit...

Una vez fui liliputiense y cuando ví el error q cometía me transformé en ratón.
Desde entonces soy como Oliendo y Corriendo.
Y tú? no prefieres ser un ratón antes q un liliputiense?

"¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO? cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio" de SPENCER JOHNSON.

Vero ha dit...

Dos segundos, pero qué felicidad más mezquina. Me gustó eso de "tránsfuga de mis sentidos", por eso intuyo o deduzco que la sonrisa en el retrovisor era ya rastro de lo ido. Besos y felicidades duraderas.

NO SE ha dit...

prende cada uno de esos segundos de cada uno de tus rizos.
Hermoso marc o para ese testigo sonrisa